Los resultados indican que cuanto más se ve afectada la función auditiva, más posibilidades hay de sufrir dos o más dolencias sin cura.
Se trata del primer estudio en el mundo que ha detectado la asociación y ha sido publicado en la revista estadounidense 'Otolaryngology-Head and Neck Surgery', donde se destaca la necesidad de estudiar las afectaciones sectoriales como potenciales indicadores de la multimorbilidad.
La investigación se ha realizado con datos de 165.000 participantes en el estudio UK Biobank, que comenzó en el Reino Unido en 2006 y monotoriza a más de medio millón de personas, en concreto su estado de salud, demografía y estilo de vida, con el fin de investigar la contribución de la predisposición genética y la exposición ambiental al desarrollo de enfermedades.
"Trabajamos especialmente con los datos sobre la función auditiva, que se obtuvieron realizando a los participantes una prueba objetiva", según explica Humberto Yévenes Briones, uno de los autores del estudio.
Enfermedades
"La pérdida de audición se definió como tener una audición pobre frente a estímulos auditivos con ruido de fondo", para determinar la capacidad de escuchar en ambientes ruidosos, que se "acerca mucho al desempeño auditivo que tenemos en el día a día", indica el investigador, que trabaja en el Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad Autónoma de Madrid. Asimismo se analizaron múltiples datos de los participantes para determinar la multimorbilidad, entre ellos las enfermedades, las hospitalizaciones, etcétera.
Para definir la multimorbilidad se consideraron nueve enfermedades crónicas, entre ellas la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la demencia, el párkinson, el accidente cerebrovascular, el cáncer, la depresión, la osteoartritis, la enfermedad coronaria y la diabetes. No obstante, el estudio ha detectado que la discapacidad auditiva solo se asocia con una mayor prevalencia de seis de ellas: EPOC, demencia, párkinson, accidente cerebrovascular, depresión y diabetes. Sobre el resto, la investigación ha determinado que no se trata de un indicador temprano.
l motivo de por qué perder audición puede estar asociado a estas enfermedades es que "uno de los mecanismos, dentro de muchos otros, que explican la pérdida de audición es la inflamación y el estrés oxidativo" y "ambos mecanismos son compartidos por muchas de las enfermedades incluidas en la definición de multimorbilidad". "Si estos resultados se confirman en posteriores estudios longitudinales, podríamos estar hablando de un marcador fisiológico temprano de multimorbilidad", añade.
Esta investigación se suma a anteriores estudios que han señalado que la pérdida de audición es el principal factor de riesgo para desarrollar demencia a partir de la mediana edad. Se desconoce el motivo pero hay tres hipótesis: la hipoacusia y la demencia podrían compartir una causa neuropátológica común; la pérdida de audición puede reducir la interacción social y la soledad es un factor de riesgo para el deterioro cognitivo, y, como con la sordera se requiere mayor esfuerzo mental para entender el entorno, esta sobrecarga podría tener efectos adversos en el cerebro a largo plazo.
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