Un 10 por ciento de la población en España padece hipoacusia o déficit auditivo por razones diversas. De este grupo de población, menos de la mitad utiliza audífonos, y la edad de inflexión para empezar a necesitarlos, de media, ronda los 50 años. Si nos referimos a datos mundiales, más de 500 millones de personas sufren pérdida auditiva, una cifra nada desdeñable.
Según revela la última edición del Informe Mundial de la Audición elaborado por la Organización Mundial de la Salud, una alimentación equilibrada a base de macro y micronutrientes esenciales en la concentración correcta podría ayudar a mantener una buena salud ocular, retrasando las consecuencias provocadas por el envejecimiento.
¿De qué manera la dieta puede ayudar a nuestra salud auditiva?
La manera en la que se establece esta relación entre la alimentación y el oído, se demuestra con la evidencia científica de que una dieta correcta reduciría tanto la degeneración neurosensorial asociada a la exposición excesiva y continua al ruido y al envejecimiento, como nos protegería frente a las infecciones de oído.
Así afectan el colesterol, la diabetes y la hipertensión al oído
Según datos extraídos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), patologías relacionadas con la alimentación como son el colesterol alto, la diabetes, la hipertensión arterial o la obesidad son factores que pueden contribuir de manera evidente a la deficiencia auditiva.
Siguiendo en esta línea, los productos con un elevado contenido en azúcar, y también las bebidas con alcohol, están asociadas con evidencia científica a una pérdida auditiva desencadenada en la edad avanzada. Las vitaminas A, C y el magnesio, además, se asocian con la protección del sistema auditivo frente a los daños colaterales de una exposición prolongada al ruido, algo que en nuestra sociedad sucede a diario en todas las ciudades.
Los expertos establecen tres grupos de alimentos a tener muy en cuenta si queremos preservar la calidad de nuestra audición, y prolongarla en el tiempo.
La ingesta habitual de pescados con elevado contenido en ácidos grasos omega-3 y vitamina D, como es el caso del salmón, la trucha, las sardinas o el atún, se ha revelado como positiva para la audición.
Los vinos blancos son una excelente elección cuando tomamos pescado.El salmón contiene gran cantidad de ácidos grasos omega-3.
Este tipo de grasas saludables, además, son cardioprotectoras, al mismo tiempo que han demostrado su capacidad para reducir la inflamación que puede llegar a dañar el tejido sensible que se encuentra en torno al oído.
Por lo que se refiere a ingerir alimentos ricos en antioxidantes, podrían llegar a reducir el riesgo de pérdida auditiva hasta en un 20 por ciento. La razón es que estos componentes reducen la cantidad de radicales libres que pueden dañar el sistema nervioso auditivo.
Respecto al ácido fólico, presente en productos como las espinacas, los espárragos, las alubias, el brócoli, los huevos, el hígado y los frutos secos, ayudan al organismo a luchar contra la homocisteína metabólica, conexión inflamatoria que limita el flujo sanguíneo. Este flujo sanguíneo, sin embargo, es necesario para mantener sanas las células ciliadas en el oído interno.
Como explican los expertos audiólogos, la vitamina E protege a los vasos sanguíneos y a los nervios que rodean a los oídos. La vitamina C, por su parte, actúa como refuerzo del sistema inmunitario, especialmente eficaz contra las infecciones de oído.
Ambas vitaminas en equipo, la E y la C, ponen un eficaz freno a los radicales libres responsables del envejecimiento prematuro, al tiempo que sirven de barrera de contención del sistema inmunitario de defensa del organismo. El glutatión, por su parte, es una pequeña proteína que participa en la eliminación de las toxinas de las células y la protección antioxidante.
Los alimentos más destacados de este grupo protector de la salud auditiva son frutas como la naranja, y verduras como los pimientos.
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