La pérdida de audición, parcial o definitiva, es algo que puede afectar a cualquier persona en cualquier edad; sin embargo, la población de adultos mayores presenta una mayor incidencia de hipoacusia, lo que puede agravarse por el proceso natural de envejecimiento. Y si este problema no es tratado correctamente, la pérdida de audición puede derivar en un empeoramiento de la calidad de vida de la persona. Además. existen distintos grados de pérdida auditiva –de leve a profunda–, así como distintos tipos de pérdida de audición en función de la estructura del sistema auditivo que se encuentre afectado.
Los últimos avances tecnológicos como la estimulación electroacústica han demostrado ser eficientes y mejorar la capacidad de escucha de la persona con pérdida de audición. Esta técnica, introducida en 1999, se logra gracias a la combinación de la tecnología de un implante coclear y un audífono en un mismo dispositivo.
Tal y como señala afirma Carina Rodríguez, audióloga responsable de Formación y Estudios Clínicos en Advanced Bionics, “las estrategias de estimulación electroacústica, cada vez tienen mayor importancia gracias a los beneficios que aportan en la calidad de la escucha, consiguen una escucha más natural”.
Por otra parte, la estimulación bimodal, que consiste en utilizar un implante coclear y un audífono en oídos diferentes, también es posible y recomendable en pérdidas asimétricas, dependiendo del grado de pérdida y el cumplimiento de los requisitos médico-quirúrgicos. La utilización de ambos tipos de estimulación en un mismo oído está indicada para pacientes con audición residual de sonidos graves y una pérdida de severa a profunda en el rango de sonidos más agudos. La estimulación eléctrica del implante ayudaría al reconocimiento de las frecuencias más agudas y el audífono al de las más graves.